CAMBIO CLIMATICO EN ARTIGAS

por José Salvador Da Costa

Fueron varios días con espesas nieblas matinales y luego se sucedieron otros tantos con tremenda humedad que nos tenía molestos y asombrados pues mientras llovía y hacía frío en el sur - inclusive con tormentas y granizo - aquí vivíamos en nuestra frontera  sub tropical.
Los artiguenses clamábamos por un poco de frío, un poco pedíamos, nada de exagerar, lo suficiente como para disipar el ambiente - “total, estamos en invierno pues que venga el frío nomás”
Entonces amaneció el primer día de la Nueva Era Glaciar. Al salir el sol ya se percibían los cambios climáticos en medio de un silencio sepulcral, no se escuchaba un solo pájaro, no se venía un solo insecto, no ladraban  los perros callejeros y de los gatos no había noticia alguna, cuando de pronto comenzó a soplar el pampero. No se trataba del venerado “pampero lacaricia”, sino de un pampero cruel y congelado que se mantenía en la misma intensidad pero en cuanto a la temperatura se venía abajo en picada.

De la zona de Cerro Amarillo llegaban noticias de la comisaría.
Al salir el sol el agente que controla los aparatos meteorológicos se quedó pasmado cuando pisó afuera y vio la nieve de las postales en los picos de las colinas, en las copas de los árboles, en los eucaliptales.  Los pozos de agua y la laguna lisitos como una pista de patinaje sobre hielo, el ganado empelotonado echando humo y cubierto por la escarcha. El cielo de un azul clarito como pocos y el silencio total, apenas el viento se hacía escuchar. El hombre como asustado se envolvió en su poncho y rajó de vuelta al interior de la comisaría.
Al instante salió acompañado con un compañero con otro poncho por arriba. Los dos callados y tiritando a causa del viento polar comenzaron a escuchar un tenue rumor que aumentaba poco a poco, mirando hacia al sur uno señaló tembloroso a una nube ancha como el horizonte con tintes en blanco y negro que avanzaba a poca altura en su dirección. No atinaron a nada, están petrificados por el temor y el frío. Pensaron que un escuadrón de combate nos invadía por el persistente ruido de rotores, luego se convencieron de que los aviones modernos apenas dejan una doble estela de  condensación allá arriba pero seguían sin entender. Vieron que a medida que avanzaba la nube negriblanca proyectaba su sombra en los campos blancos de escarcha.
Recién cuando pasó sobre sus cabezas los policías descifraron el misterio, gritaron al unísono “son pingüinos!!!!” y de inmediato dudaron “pero los pingüinos no vuelan!!!!”. – “Pues éstos si vuelan, los estamos viendo con nuestros propios ojos”.

La voz de la radio contaba del fenómeno y de la huida en masa de los pájaros bobos que habían aprendido a volar con sus alas cortas como muñones, en apenas un solo día porque en ello estaba su supervivencia, la Antártida se había vuelto imposible.
Todos los que madrugamos fuimos testigos del impresionante pasaje sobre nuestra ciudad.
Para los incrédulos de siempre adjunto una foto que encontré abandonada no sé por quien – espero que el autor se comunique – donde vemos parte de una colonia de rezagados y de algunos muy pesados que eligieron la plaza del obelisco para ganarse un resuello y enseguida continuaron su viaje. (Comprobaron que la plaza de comidas tiene sus días y horarios y que el Yuruna recién abre a la una).

De todo lo que escribí en este informe doy fe de ello y firmo abajo. 
Un gran abrazo y hasta la primavera pues pensamos encerrarnos con Else a hibernar como una pareja de osos, ya estamos acumulando víveres, agua, leña y libros, Chau amigos – JSDC

PD: Reportes de Brasil dicen que los pingüinos decidieron bajar en la Amazonia pero al probar un bañito en las aguas tibias de sus ríos fueron expulsados violentamente por pirañas y otros dentudos.
PD 2: Otras noticias ubican a una avanzada de naves no identificadas color blanco y negro, sobrevolando aguas del caribe apuntando hacia Cancún.